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Centro Logistico del Operativo Alpha en Castuera en el almacén municipal Cedida
Las costureras voluntarias del Operativo Alpha, medalla de Extremadura 2020

Las costureras voluntarias del Operativo Alpha, medalla de Extremadura 2020

Desde Castuera participaron 114 mujeres costureras que durante el confinamiento cosieron 1427 batas sanitarias. El operativo contó con el apoyo conductores y personal de reparto

f. vázquez / m. t.

Miércoles, 12 de agosto 2020, 13:37

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En los últimos días del pasado mes de marzo, en pleno confinamiento por la pandemia del Covid-19, y ante la dramática situación que se empezaba a vivir en los centros hospitalarios extremeños, debido al desbordamiento de los mismos y a la falta de medios de protección personal, el personal sanitario se convierte en un colectivo especialmente vulnerable, necesitado entre otras cosas equipos de protección personal para seguir desempeñando su labor con todas las garantías de seguridad en la lucha contra la pandemia.

Ante esta situación de extrema necesidad, surge una reacción social e institucional de apoyo a los profesionales sanitario que se canaliza a través del 'Operativo Alpha'. El objetivo principal de esta iniciativa, liderada por el Servicio Extremeño de Salud en estrecha colaboración con diferentes ayuntamientos de la región y la cadena de radio Cope Extremadura, no era otro la confección de batas sanitarias homologadas y otros elementos de protección personal.

Cabe destacar, que las mujeres costureras de Castuera tuvieron un protagonismo especial en el 'Operativo Alpha', ya que fueron las primeras que se pusieron manos a la obra para confeccionar en sus casas batas sanitarias homologadas. En esos primeros momentos destacó la rapidez de acción de las mujeres de Castuera para confeccionar la primera remesa de batas sanitaras, lo que motivó que SES les encargase la confección de las primeras remesas de batas de los tipos 2 y 4 que se fabricaron en Extremadura.

Concretamente, las 114 mujeres costureras que participaron en este operativo cosieron durante el confinamiento 1427 batas sanitarias, 540 del tipo 1, 628 del tipo 2, y 259 del tipo 4. El operativo, que instaló su centro logístico de Castuera en un almacén municipal, donde trabajadores voluntarios del ayuntamiento se ocupaban de recibir y empaquetar las telas para su posterior reparto, contó también con el apoyo conductores y personal de reparto, que se encargaron de llevar las telas a los domicilios de las costureras y posteriormente de entregar las batas sanitarias ya confeccionadas al Servicio Extremeño de Salud. Finalmente, el 'Operativo Alpha' uniría a 18 grupos operativos en otras 18 localidades de la región, para sumar un total de 806 mujeres de todas las edades que confeccionaron en total 11.498 batas en apenas 39 días.

Esta labor altruista de las mujeres extremeñas, que pasaron horas y horas frente a sus máquinas de coser con el único interés de poner su granito de arena en la lucha contra el Covid-19, las ha hecho merecedoras de la Medalla de Extremadura 2020, porque simbolizan el trabajo eficiente, solidario y altruista, así como la voluntad de apoyo a los profesionales sanitarios en un momento en el que la necesidad de esos elementos de protección personal era un asunto de trascendencia vital.

Esta experiencia contada en primera persona por las protagonistas, no sólo habla de « recuerdos inolvidables, de satisfacción y de orgullo» por haber podido contribuir a «proteger a quienes nos cuidan en unos tiempos difíciles y jamás vividos anteriormente», sino también, de emoción, de compañerismo, de unión y de solidaridad, «ha sido una experiencia única, inolvidable y muy gratificante el haber podido conocer a este grupo de personas capaces de resolver situaciones adversas en momentos difíciles. Contribuir con esta causa que ha sacado lo mejor de todos y todas nosotras», son algunas de las opiniones generalizadas entre las mujeres protagonistas de esta iniciativa de la que dicen haber aprendido que, «la unión hace la fuerza, que toda ayuda suma, y que todos podemos contribuir de una u otra manera a que la situación mejore».

También en único costurero que participó en este Operativo Alpha, habla de la satisfacción que le ha supuesto formar parte de una «experiencia bonita e inolvidable que volvería repetir sin dudarlo, siempre que fuera necesario», o la costurera más joven, que, con apenas 20 años, recuerda con cariño «esos días raros en los que me sentía bien con poder hacer algo por los demás».

Sobre el trabajo de confeccionar las batas, las protagonistas hablan de que «al principio parecía dificultoso, pero cuando confeccionabas la primera todo iba sobre ruedas. Era cuestión de reaccionar lo antes posible para que esas batas llegaran lo más rápido posible a su destino, y aunque había telas que se cosían mal, con un poco de crema las maquinas hacían maravillas». «El tiempo frente a la maquina no cuenta, sacaba el tiempo de donde no lo tenía, aunque fuera a altas horas de la noche, la necesidad que había me motivaba a hacerlo. Gratitud, satisfacción y orgullo de poder contribuir en unos momentos que tanta falta hacía». «Pasaba horas y horas en la máquina para poder entregar las batas cuanto antes. Las primeras, hasta que cogí las medidas se las probaba a mi marido», recuerdan las participantes.

También hablan y bien de la organización del Operativo, «la organización ha sido fantástica, nos han proporcionado todo el material y la información que necesitábamos y si había dudas siempre se podía recurrir a las compañeras más experimentadas o a un video en el que se explicaban los pasos a seguir».

Las horas frente a las máquinas de coser, también ha servido en algunos casos como terapia para evadirse, «las horas no cuentan, lo verdaderamente importante es haberme sentido útil»; «la costura en esos momentos fue una vía de escape, me quitaba de la cabeza a mis hijos que estaban fuera y no sabía cuándo los volvería a ver. En tiempos difíciles la solidaridad y las ganas de ayudar son las mejores armas para salir adelante»; o «eran tiempos difíciles en toda España y esta fue la tabla de salvación a la que me aferre para no pensar en todo lo que estaba pasando, necesitaba tener la mente ocupada en esos momentos tan dramáticos, y con parte de mi familia viviendo fuera», son algunos de los cometarios expresados en este sentido.

También hay quien anima a las nuevas generaciones a conocer los entresijos del oficio, «antes aprender a coser era algo cotidiano. La mayor parte de este grupo somos gente mayor y fijaros lo que hemos conseguido con una simple máquina de coser, animaría a la gente joven que se interesase por la costura».

Está claro que la experiencia ha sido positiva y altamente gratificantes para todas, aunque su deseo es que no sea necesario tener que hacerlo otra vez, pero también han querido quedar claro, que en el caso que lo fuese, volverían a hacerlo sin ningún tipo de duda, « si lo tuviera que volver a hacer no me lo pensaría ni un segundo»; «ojalá no sea necesario volver a tener que hacerlo, pero aquí estoy»; «sin dudarlo estaría dispuesta a colaborar, pero que tarde en repetirse»; «estaría encantada de poderlo hacer de nuevo, pero esperemos que esto acabe pronto y no tenga que repetirse»; «lo volvería hacer mil veces, aunque ojalá esta pesadilla acabe y no sea necesario».

Finalmente, sobre la concesión de la Medalla de Extremadura compartida con las demás personas que formaron parte del 'Operativo Alpha', aunque nunca pensaron en este reconocimiento por algo que hicieron de manera altruista y sin esperar nada a cambio, las palabras de gratitud son generalizas. «Recibir la Medalla de Extremadura es honor y muy gratificante, aunque no tanto como el hecho de haber podido ayudar a quienes cuidan de nosotros», concluyen.

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