Los castueranos se preparan para celebrar La Candelaria

Los vecinos de Castuera se preparan ya para celebrar mañana, 2 de febrero, una de las fiestas más tradicionales de la localidad, La Candelaria.

Familiares y amigos se reunirán en las casas de campos para degustar un buen vino cosechero, los chorizos y salchichones de la matanza y el producto estrella de su celebración: la 'regañá'.

Por ello, en estos días previos, las panaderías de la localidad han estado y están a destajo y se llenan de castueranos para elaborar sus regañás.

Se trata de una fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria y a la conversión al cristianismo de una fiesta pagana de purificación. Su nombre responde a la bendición de las candelas que se van a necesitar durante todo el año y se celebra el 2 de febrero por ser el cuadragésimo día del nacimiento de Jesús, fecha que antaño sólo la iglesia celebraba.

Según un escrito facilitado por la Biblioteca Municipal, antiguamente a las nueve de la mañana se acudía a la Misa Mayor y a la procesión alrededor de la Iglesia con la Virgen del Rosario, en los brazos de las andas que la portaban se colgaban los hornazos (roscas de pan con huevos). Un dicho del pueblo decía que si las velas se apagaban durante la procesión el invierno se acababa.

Asimismo, años atrás se celebraba en las Pozatas a la solana de la 'Sierra de Tiro', otros los más atrevidos subían por la parte más escarpada de la sierra hasta la 'Lanchita' y la Cueva "el cuervo" , los mozos llevaban la bota con el vino, y las mozas la merienda, en la que no faltaban embutidos y 'regañás' caseros.

Al finalizar el día, era costumbre arrojar objetos que ya no servían a las famosas candelas que alumbraban y calentaban el centro de las calles.