Psicólogas con participantes de la Escuela de Verano.

Una escuela de verano que pretende educar en valores

Iniciativa impulsada por las psicólogas locales, Laura González y María Grajera con una gran aceptación de niños de entre 4 y 7 años

Mª Belén Sánchez

Martes, 9 de agosto 2016, 09:12

Llegó el verano y con él las vacaciones escolares, donde muchos padres, sobretodo trabajadores y sin familiares con quien dejarlos, no saben qué hacer con sus hijos en esta época estival. De ahí, y la idea que los niños pasasen un verano productivo sin aburrirse y sin tener la sensación de seguir yendo a clase sin descansar ni desconectar impulsó a las jóvenes psicólogas de la localidad, Laura González y María Grajera, a través de su gabinete, a lanzar una escuela de verano cuyo contenido principal es educar en valores.

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Fomentar la igualdad, prevenir el bulling y trastornos de la alimentación y aprender a tolerar las diferencia, entre otros aspectos, son principales objetivos marcados en su primer año de andadura, dado que según indican Laura y María, a lo largo del curso escolar, han sido varias las consultas tanto a nivel de pacientes como a nivel profesional acerca de estos temas y por ello, «hemos querido intentar prevenir y actuar desde nuestra labor como psicólogas y esa es la principal diferencia entre esta escuela de verano y otras que puedan surgir, la orientación».

El horario es de 10:30 a 13:30 horas, con un descanso para retomar fuerzas y este año, únicamente forman un único grupo, dado que «no esperábamos tanta demanda y por tanto, hay muchos niños que este año se han quedado sin participar pero esperamos que el siguiente año podamos contar con ellos».

Como en toda escuela, existen unas normas obligatorias, impuestas entre todos tras una negociación previa en una asamblea, donde decidieron que no se corre, no se grita, se recoge, no se pelea, se respeta y se comparte con los demás. «Y se cumplen diariamente», aseguran.

Cada día se centran en una temática, algunas de ellas ya desarrolladas han sido, motricidad gruesa, el cuerpo humano, atención, emociones, alimentación saludable, risioterapia, habilidades sociales y violencia de género.

A través de todas estas actividades físico-educativas y lúdico-recreativas, se han ido desarrollando actitudes y habilidades cognitivo-intelectuales, corporales y hábitos saludables, de equilibrio personal y afectivo, de integración y participación social, ético-morales, comunicativas y de expresión creativa.

Uno de las temáticas con mayor apoyo, según relatan las psicólogas, ha sido la Jornada de las Olimpiadas. «En ellas hicimos los carteles anunciadores, nos hicimos nuestros dorsales con el número que nos identificaba y la bandera española, puesto que todos presentábamos al mismo país, elegimos la mascota y la vestimos con una camiseta identificativa a la temática y empezamos las diferentes pruebas: salto de longitud, tiro de cuerda y baloncesto».

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En este caso, la idea era que entre todos se apoyaran y comprobaran como con el ánimo del grupo, los resultados mejoraban cada vez que lo intentaban.

El día de las medidas de seguridad hablaron de la importancia que tiene saber nuestro nombre y nuestros apellidos, nuestra dirección y a quién poder acudir en caso de urgencia. Fue bastante bien acogido. Se disfrazamos de policías e hicieron diferentes role playing para intentar simular casos reales.

Las emociones es otra temática que tiene presente constantemente. «Desarrollar la inteligencia emocional para conocer así qué emociones experimentamos, cuando la experimentan los demás y como utilizarlas en nuestro día a día es igual de importante o más que saber desarrollar conocimientos teóricos y en este sentido, hicimos caretas, contamos historias con diferentes personajes y relatamos momentos personales dónde se experimentara cada emoción».

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Laura González y María Grajera aseguran que les ha sorprendido la «gran capacidad que tienen los niños para empatizar entre ellos, apoyarse, animarse y compartir en todo momento».

Y por ello, cada día, con esta interesante escuela de verano, luchan por conseguir y crear un clima de cooperación, participación, creación y flexibilidad que está fomentando la autoestima, la superación personal, el respeto y la integración de los niños.

«La Escuela de Verano no termina en agosto. En otoño, se retomará con clases dinámicas relacionadas con todos los contenidos que se han tratado durante estos meses», apuntan sus responsables.

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