El ritual de la tradicional matanza del cerdo se mantiene vivo en Castuera

En una jornada soleada, casi primaveral y, tras un desayuno matancero alrededor de las candelas, a base de café con dulces típicos y aguardiente, comenzó la representación de la tradicional matanza, que se realiza cumpliendo todos los requisitos desde el punto de vista del bienestar animal y la seguridad alimentaria.

El cerdo, que ya llegó sacrificado y desangrado, pesaba más de 16 arrobas y, tras ser subido a un banco de matanza para facilitar la labor, se inició el churrasque, lavado y despiece, que fue narrando por el matancero tradicional Francisco Cáceres.

Utilizando distintas herramientas y, sobre todo, afilados cuchillos, el matancero fue sacando cada una de las exquisitas piezas, entre ellas, los jamones y las paletas, el lomo, costillas, solomillo, pluma, carrillada, secreto, chuletas o el tocino, a la vez que un grupo de la Asociación de Mujeres de Castuera realizaban una demostración de elaboración y llenado de embutidos.

Como en cualquier fiesta tradicional que se precie, la Plaza de España y su entorno fue un hervidero de personas que, en un ambiente de convivencia y distensión, disfrutaron no sólo de la carne a la brasa, pruebas de morcilla y chorizo y vino de pitarra, sino también de las migas extremeñas que se elaboraron en el concurso que celebró paralelamente y en el que asociaciones y peñas elaboraron 20 preparaciones.

Un animado ambiente, al que este año volvió a contribuir la instalación de puestos de venta de productos típicos y dulces, así como los hinchables para entretenimiento de los más pequeños.

La jornada gastronómica estuvo organizada por el Ayuntamiento de la localidad en colaboración con empresas locales del sector y la Asociación de Mujeres de Castuera, la Escuela Profesional Dual «Castuera Activa», con la finalidad de revivir esta añeja tradición que en la actualidad se ha convertido en un motivo de encuentro para los vecinos de la localidad y en objetivo turístico para muchos otros que quieren conocer de cerca y de manera amena y didáctica el ritual de una tradicional matanza extremeña.

Para finalizar los organizadores hacían un «balance muy positivo» ya que según consideraron, «esta jornada de fiesta y convivencia entorno a la tradicional matanza del cerdo se ha convertido en un acontecimiento social y gastronómico como dejaron patente con su presencia los números vecinos y vecinas que se acercaron hasta la Plaza de España para del que disfrutar de esta jornada que con el paso de los años podemos considerar que ya está plenamente consolidada en el calendario festivo de la localidad».